sábado, 27 de septiembre de 2014

Antalogia de Poesía



Martha Urquijo Laguna

 








    





Antología de poesía


Los mejores poemas de amor

En esta antología de poesía, una recopilación de poemas de amor los más destacados, memorables de autores de la literatura universal.

 

                          Perfume exótico
 
Cuando entorno los ojos bajo el sol otoñal
Y respiro el aroma de tu cálido seno,
Ante mí se perfilan felices litorales
Que deslumbran los fuegos de un implacable sol.
 
 Una isla perezosa donde Naturaleza
Produce árboles únicos y frutos sabrosísimos,
Hombres que ostentan cuerpos ágiles y delgados
Y mujeres con ojos donde pinta el asombro.
 
 Mientras del tamarindo el ligero perfume,
Que  circula y mi nariz dilata,
En mi alma se mezcla al canto marinero.

Charles Baudelaire
 
 
Paisaje tropical
 
Magia adormecedora vierte el río
En la calma monótona del viaje
Cuando borra los lejos del paisaje
La sombra que se extiende en el vacío.
 
Ocultas en sus negruras el bohío
La maraña tupida, y el follaje
Semeja los calados de un encaje
Al caer del crespúsculo sombrío.
 
Venus se enciende en el espacio puro.
La corriente dormida una piragua
Rompe en su viaje rápido y seguro,
y con sus nubes el poniente fragua
otro cielo rosado y verde oscuro
En los espejos húmedos del agua.
                                         
                                                                                        José Asunción Silva
 

 
                                                             Un Patio

Con la tarde
Se cansaron los dos o tres colores del patio.
Esta noche, la luna, el claro circulo,
no domina su espacio.

Patio, cielo encauzado.
El patio es el declive
Por el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena,

La eternidad espera en la encrucijada de estrellas.
Grato es vivir en la amistad oscura
De un zaguán, de una parra y de un aljibe.

 

Jorge Luis Borges

Botella al mar
 Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día
llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
Y socorros y alertas y caracoles.
 
Mario Benedetti 


 

 
 
 
 
 
Dos cuerpos
Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
Y  la noche  es océano.
Dos cuerpos frente a frente
Son a veces dos piedras
Y la noche desierto.
 Dos cuerpos frente a frente
Son a veces raíces
En la noche enlazadas.
 Dos cuerpos frente a frente
son a veces  navajas
Y la noche relámpago.
 Dos cuerpos frente a frente
Son dos astros que caen
En un cielo vacío.
Octavio Paz
 
 
 
 
Espejo
Mi sombra
Muerta
me nombra
para que vuelva.
Asomado al espejo
Nombro a mi sombra
se asombra mi sombra
de no ser mi eco.
 
Cuando se vio en el espejo
tan distinta era de mí
que no me reconocí
y no sé si estoy muerto.
Cuando la vi en el espejo

tan parecida era a mí

que no la reconocí
Luis Cardoza y Aragón
 
 
 
 
 

 
 
                               A la Noche
Esos rasgos de luz, esas centellas
Que cobran con amagos superiores
Alimentos del sol en resplandores
Aquello viven que se duele de ellas.
 
Flores nocturnas son: aunque tan bellas,
Efímeras padecen sus ardores,
pues si un día es el siglo de las flores,
una noche es la edad de las estrellas.
 
De esa, pues, primavera fugitiva,
ya nuestro mal, ya nuestro bien se infiere;
registro es nuestro, o muera el sol o viva.
 
¿Qué duración habrá que le hombre espera,
O que mudanza habrá que no reciba
de astro que cada noche nace y muere?
 
Pedro Calderón De La Barca
 
 
Amor
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte  a mi lado y tenerte
en la risa de oro y voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
Y adorarte en los tristes huesos  de polvo y cal,
Porque tu ser pasara sin pena al lado mío
Y saliera en la estrofa – limpio de todo mal-.
 Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte, como nadie supo jamás.
 y todavía
amarte más
y mas.
 
 Pablo Neruda
 
 
Deseos

Trópico, para qué me diste
las manos llenas de color.
Todo lo que yo toque
se llenará de sol.
En las tardes sutiles de otras tierras
pasaré con mis ruidos de vidrio tornasol.
Déjame un solo instante
dejar de ser grito y color.
Déjame un solo instante
cambiar de clima el corazón,
beber la penumbra de una cosa desierta,
inclinarme en silencio sobre un remoto balcón,
ahondarme en el manto de pliegues finos,
dispersarme en la orilla de una suave devoción,
acariciar dulcemente las cabelleras lacias
y escribir con un lápiz muy fino mi meditación.
¡Oh, dejar de ser un solo instante
el Ayudante de Campo del sol!
¡Trópico, para qué me diste
las manos llenas de color!

Carlos Pellicer



 
Qué risueño contacto
Qué risueño contacto el de tus ojos,
ligeros como palomas asustadas a la orilla del agua!
¡Qué rápido contacto el de tus ojos
con mi mirada!
¿Quién eres tú? ¡Qué importa!
A pesar de ti misma,
hay en tus ojos una breve palabra
Enigmática.
 No quiero saberla. Me gustas
mirándome de lado, escondida, asustada.
Así puedo pensar que huyes de algo,
de mí o de ti, de nada,
de esas tentaciones que dicen que persiguen a la mujer casada.
 
Jaime Sabines


 

 
 
 
 
 



 







 
 
 
 


 
 
 

 



                                                      

 

 
 

















 
 
 




   


   



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